Viejos poemas de 2007
SILENCIO
Silencio que por las noches me susurras
no vengas pronto a la cita.
Silencio en bloque, entre tu mente y la mía
capaz de acallarlo todo,
aunque por dentro lata el pulsar de la sangre.
Silencio, no me desarmes.
INSOMNIO
Araño los minutos que se pegan a las puertas.
Inhalo los segundos que caen desde tu pelo.
Suspiro por los días que vendrán y nunca llegan.
Añoro cada noche que abrazamos el insomnio.
Intento crear el espacio entre sueños.
Entre vigilias y crepúsculos.
Entre el fondo y la superficie.
Que importa el tiempo cuando lo mido en miradas,
en sonrisas y aromas,
o tan solo en el roce de tu mano,
o el calor de tu nuca.
PESARES
Alguna vez quisiera ser tu anhelo.
Alguna vez causar tanta ansia en ti.
Ese impulso bipolar de enamorarte
que no va a ninguna parte.
Soñar con tocarte,
es tocar el sol.
Alguna vez quisiera ser tu nostalgia
y echarme de menos sin razón.
Tristeza general sin compasión
que embarga a mi pulmón
y en cada aspiración
el aire huele a ti.
Abrí un puesto de dudas en el mercado.
La gente pasa y comenta pero nadie compra.
Las doy de dos en dos.
Si en verdad existe un dios
no sabe que es sufrir de amor.
Cualquier canción,
encontrada al azar,
me sirve para hacer de ella mi nación,
y sin parar de imaginar
me encuentro en su interior.
No luche nunca en un frente.
A la sombra de las trincheras
los cobardes oyen flamear las banderas.
Quien quiera morir de amor y no sufrir,
no estará a salvo, ni siquiera aquí.
Déjame hablar…
Déjame hablar
Déjame hablar. Sólo esta vez.
Déjame decir lo que he dicho ya un millar de veces sin llegar a oírlo.
Déjame sacarlo fuera, porque me quema.
Ardo en palabras. Como si la fiebre me consumiera.
Déjame acabar con esta larga procesión que tan pronto canta saetas, en tu nombre,
como redoblan mis latidos al son que dejan tus trompetas.
No es culpa tuya. Lamentablemente.
Déjame terminar con la sensación de que me hablas a mí.
De que me sonríes a mí,
de que yo soy el que te hace sonreír.
Déjame arañar la idea de que tus ojos buscan algo en los míos, detrás de las pupilas.
Y ya sé. Que ser romántico ya no se lleva.
Ni ser dulce, ni bueno, ni honesto.
Pero yo nunca he podido fingir ser quien no soy.
Ni ser el estratega que ataca por tus flancos desprotegidos.
No.
A mí me gusta que vengas de igual a igual.
A mí me gusta que veas lo que hay.
Que sepas lo que soy, para ser más aún, contigo.
Y hacernos felices.
Voy a escribir…
Voy a escribir
Voy a escribir. Por muchas razones:
Porque lo dejo, y me olvido de escribir.
Porque me encuentro, cuando ni me preguntaba donde estoy.
Porque soy, un poco más de lo que era,
siendo además parte de lo escrito.
Voy a escribir, y ya las palabras van saliendo.
Porque ellas siempre están ahí, pero no encuentran salida.
Porque hay quien cree y me ayuda a creer en mí.
Porque crear es como amar, parece surgir de una nada
que juega entre grietas profundas.
Voy a escribir, para entender si tengo algo que decir.
Algo que merezca la pena saber.
Y si no merece más que el esfuerzo de leer,
lo voy a escribir.