SOLEDAD DE GUARDIA
Velando parte de una noche de dos días,
mirando al cielo desde mi encierro.
Las ambulancias duermen junto a mis cigarros
y la memoria se me va recordando otras vías,
otras noches.
No hay guitarras, que le cante a la luna aquí.
Pasé la navidad buscándote…
Cuando las risas aparecen en la memoria
te encuentro siempre en un rinconcito, Soledad.
Ahora que pienso en portugués: Saudade.
La cena y la compañía,
la distancia y la monotonía.
Siempre vienes cuando te necesito.
La íntima reflexión de las sensaciones,
como dharmas de estructura sagrada,
que surgen sin ostentar pretensiones,
pero pretendiendo ser escuchadas.
No me abandones compañera.
Acompáñame siempre que aloje una pena.
Gracias, Soledad.